martes, 9 de abril de 2013
Se fue enamorada de México: Sara Montiel
La actriz y cantante Sara Montiel falleció inesperadamente el día de ayer en Madrid a los 85 años de edad. Una ambulancia de los servicios de emergencia acudió a su domicilio para intentar socorrer a uno de los símbolos sexuales del cine en las décadas de los 50 y 60. Sin embargo, no pudieron hacer nada, y Montiel dejó este mundo el mismo día que otro de los íconos del cine, la mexicana María Felix, quien falleció en 2002.
Precisamente fue la etapa mexicana de Sara Montiel la que la lanzó al estrellato a nivel mundial, luego de sus éxitos españoles, pues alcanzó a codearse con algunas de las más grandes estrellas del Cine de Oro, como Dolores del Río, Miroslava y Pedro Infante, entre otros. Su filmografía mexicana abarca un total de diez producciones, las cuales la llevaron, posteriormente, a convertirse en la primera española en entrar a Hollywood.
‘Soy mexicana, mexicana, mexicana’
La actriz dijo en una de sus últimas entrevistas que consideraba a México como su segunda patria y que tenía guardado en su casa un certificado de naturalización de ese país.
“México es como mi segunda patria... soy mexicana, mexicana, mexicana”, dijo la también cantante en una entrevista grabada en 2007 en un viaje a Miami, Florida. La actriz recordó que estuvo a punto de quedarse a vivir en México tras su llegada en 1950, debido al gran cariño demostrado por el pueblo mexicano.
Los seis años que la actriz Sara Montiel trabajó en el cine en México (1950-1956) fueron suficientes para crear un enamoramiento fuerte de la española con el país.
“Sara Montiel pertenece a un conjunto de actrices españoles que llegaron a México como una especie de redescubrimiento de América y de España al mismo tiempo”, dijo a CNNMéxico el crítico de cine Jorge Ayala Blanco sobre esta actriz.
Durante la llamada época de oro del cine mexicano, México se forjó como una fábrica de estrellas y entre ellas destacó el “mito sensual” de Montiel, según señaló el crítico.
“Era una mujer imponente, imponía su presencia, era una mujer realmente dominante, era una mujer dueña de si misma, cosa que no existía en el cine mexicano”, dijo Ayala Blanco.
Proveniente de la España conservadora del general Francisco Franco, Montiel llegó en 1950 a México, donde quedó maravillada con la “libertad” en la sociedad mexicana. “¡Hasta se pueden divorciar!”, decía la actriz según un texto del diario español El País.
La Sara Montiel que incursionó en el cine mexicano era muy distinta a la del cine español franquista, que se remontaba más a películas históricas, distintas al mundo de fantasías rancheras que se proponían en México.
“Ya encontraba en el cine franquista, en ese cine de la caballerosidad, de los cuplés, encontraba otra dimensión, pero el cine mexicano la aprovechó muy bien”, aseguró el crítico de cine.
Su primera cinta en México fue “Furia Roja” (1951), en la que compartió créditos con Arturo de Córdova y Carlos López Moctezuma. Montiel interpretó a la viuda de un empresario estadounidense que posee una mina de plata en México, secuestrada por un revolucionario.
Ese mismo año realizó “Cárcel de Mujeres”, en la que hace imposible la vida al personaje interpretado por Miroslava, acusado injustamente de la muerte de un hombre que también era amante de la española.
Pero el paso de Sara Montiel por el cine mexicano llegó a su clímax con las tres películas que protagonizó a lado de Pedro Infante: “No tengo dinero” (1952), “Ahí viene Martín Corona” (1952) y “El enamorado”.
De acuerdo con Ayala Blanco, en Pedro Infante la actriz española encontró al “compañero perfecto”, así como el llamado “Ídolo de Guamuchil” encontró a la mujer que pondría a prueba su personaje de macho.
“En Pedro Infante no solo estaba el enamorado, el macho sentimental, había un personaje bufo que necesitaba ese tipo de mujerones que se le vinieran encima”, apuntó el también historiador.
Ella también trabajó bajo la batuta de importantes maestros como Manuel Esperón, Gonzalo Curiel y Agustín Lara, quien la llevó de gira como vocalista de su orquesta.
En 1985, tras el terremoto que sacudió a la Ciudad de México, Sara Montiel participó en Madrid en un festival de artistas españoles a favor de los damnificados mexicanos, en el que también estuvo presente Mario Moreno Cantinflas.
Una partida inesperada
La actriz será enterrada en el cementerio de San Isidro, en donde se instaló su capilla ardiente, informaron fuentes familiares. El periodista José Manuel Parada aseguró a la salida del domicilio de la artista, en el madrileño barrio de Salamanca, que fue “una muerte que no se esperaba nadie”, porque “estaba preparando su maletita para ir a visitar a unos médicos para una revisión de rutina”.
La representante, “y por encima de todo, amiga”, Carmen Grey, explicó que “anoche estaba perfectamente” y que, aunque tenía “los achaques propios de su edad, gozaba de buena salud”.
“Me contó lo del viaje y me preguntó qué película estaba viendo. Y las dos estábamos viendo la misma, ‘Siete Almas’, protagonizada por Will Smith, que programó La Primera de TVE”. Sara Montiel “estaba bien, normal -ha insistido Grey-. Me dijo que me fuera a acostar, que ella iba a hacer lo mismo”, añadió.
Actriz inmortal
Con su chispa de siempre, ácida, mordaz, provocativa, sus últimas apariciones en los medios, que tanto la encumbraron como la vapulearon, fueron para desmentir su muerte: “Estoy muy bien gracias a Dios”, dijo. Y todos lo creían. Sara, “Saritísima”, parecía inmortal.
Porque María Antonia Abad Fernández, nacida en Campo de Criptana (Ciudad Real) en un momento en el que nadie soñaba siquiera con Hollywood, tan triste, tan gris y tan pobre era España en 1928, siempre supo que sería una estrella.
De origen humilde, huérfana de padre y estudiante interna en un colegio de monjas en Orihuela (Alicante), María Antonia sólo quería cantar y ser actriz.
Siendo apenas una niña, unos productores la escucharon cantar una saeta durante una procesión de Semana Santa y la contrataron por 500 pesetas al mes.
Con ese “dineral” se trasladó con su madre a Madrid y recibió clases de dicción y canto. Allí fue descubierta, con sólo 15 años, en un concurso de jóvenes talentos por Vicente Casanova, fundador de la emblemática Cifesa.
Así comenzó una carrera marcada por unos labios sensuales, unos ojos almendrados de color miel y unas preciosas piernas rematadas en una cadera oscilante de minúscula cintura, tan al gusto de la época, que no sólo enamoró a los galanes del celuloide sino que mantuvieron a María Antonia en el candelero nada menos que cincuenta años.
Trabajó en más de medio centenar de películas en España, México y Estados Unidos, junto a artistas de la talla de Burt Lancaster, Joan Fontaine, Vincent Price o Charles Bronson; Dolores del Río, María Félix, Agustín Lara o Pedro Infante.
Amores imposibles
Su azarosa vida sentimental incluyó cuatro maridos: Anthony Mann, del que se separó en 1961 y obtuvo la nulidad en 1963; el productor José Vicente Ramírez Olalla, al que se unió en 1964; y, en 1979, con el que ella llamaba el amor de su vida, y tras nueve años de convivencia, el industrial mallorquín Pepe Tous. Con Tous, fallecido en 1992, con el que adoptó a sus dos hijos, Thais y Zeus..
A los 75 años se volvió a casar, esta vez con un cubano cuarenta años menor que ella, Tony Hernández, con el que terminó “como el rosario de la aurora”. (Con información de EFE/AP/CNN)
El Dato
El cineasta saltillense Alfredo Galindo comentó que los años de Sara Montiel en México fueron muy importantes para que se le reconociera a nivel internacional, y destacó su participación en la trilogía que realizó junto a Pedro Infante, de la cual se desprenden dos cintas que están basadas en un héroe saltillense, Martín Corona, según comenta el también columnista de esta sección.
“Participó en la Época de Oro del cine mexicano, lo cual influyó mucho para que en el mundo hispano la reconocieran, y eso luego Hollywood lo tomó en cuenta. En México hizo una trilogía de películas con Pedro Infante, las tres muy famosas, las dirigió Miguel Zacarías, una de ellas fue ‘Necesito Dinero’ y las otras dos tienen que ver de alguna manera con un héroe de Saltillo, Martín Corona, que así se llamó la película ‘Ahí Viene Martín Corona’, que era de una serie de radio que era muy famosa en la XEW, y le fue tan bien que hicieron una secuela que fue ‘El Enamorado’”.
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